Hoy tocaba partido de fútbol contra los niños del instituto
francés, Paul Robert. El día estaba nublado y por momentos empezó a llover.
Algunos niñ@s franceses nos fueron a recoger a la salida del metro. Llegamos a
la pista donde íbamos a jugar y estaba llena de chavales franceses, estos nos
dijeron de jugar un torneo y eso hicimos.
El primer partido lo empatamos y el
segundo lo perdimos pero a partir de ahí empezamos a abusar de los pobres chavales
franceses. Las niñas cantaban cada gol marcado por los españoles y estos les
dedicaban los goles lanzándole besos.
Después de ganar varios partidos
seguidos, las maestras Sonia y Mari Carmen, dijeron de marcharnos, y aunque los
demás alumnos pidiesen otro otro otrooo, a voces, las maestras se salieron con la
suya.
La segunda parte del día consistía
en ir a ver Roland Garros y aunque el día hubiese empeorado (diluvios
constantes), Mari Carmen y otr@s alumnos no se querían perder Roland Garros ni
aunque se estuviese acabando el mundo.
Primero vimos el museo donde estaban algunas
copas, cuadros de jugadores y algunas esculturas realizadas con raquetas y demás
cosas. A las 17:00 teníamos una visita guiada y mientras llegaba la hora, las
maestras y algunos alumnos decidimos ir a la tienda. Nos hicimos fotos con un
banquillo de los jugadores y donde se sienta el juez de silla. Mari Carmen, Ana
y yo nos compramos entre los tres unos llaveros de pelotas y Mari Carmen empezó
a dar saltitos y a decir "aiins que ilusión", jajajajajaja.
Una vez que ya dieron
las 17:00h comenzamos la visita guiada. Nos enseño la plaza de Los Mosqueteros,
la pista nº1 por fuera y la gran pista central, la Phillip Chatrie. Dentro de
la Phillip Chatrie, vimos los vestuarios de las jugadoras femeninas, los pasillos interiores, la sala de
antidoping y la pista por dentro.
Nos dimos una vuelta por las gradas de la
Phillip Chatrie porque la tierra batida no se podía pisar aunque en cuanto se
despistó un poco la guía algunos alumnos aprovechamos para colarnos. María
Carrillo se montó en un car creyendo que no se movía y por poco atropella a la
guía. Una vez terminada la visita a Roland Garros, tomamos rumbo de nuevo a la
residencia y nos fuimos directamente a “dormir”.
UN SALUDO A TODOS.
Carlos Vizcaíno García.
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